Itci - Istituto di Terapia Cognitivo Interpersonale

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domenica 30 dicembre 2012

Internet nella vita sacerdotale

La dottoressa Michela Pensavalli interviene sottolineando e approfondendo il tema dell'utilizzo delle nuove tecnologie nell'ambito consacrato.
"Internet nella vita sacerdotale" così si chiama il seminario organizzato dall'Istituto di Terapia Cognitivo interpersonale e Roma Pontificio Collegio Internazionale "Maria Mater Ecclesiae".

Un curso orienta a seminaristas sobre la actitud ante el uso de la red


Jose Antonio Varela Vidal

ROMA, Thursday 27 December 2012 (Zenit.org).
La imagen proyectada es la de una pareja joven que se mira, a ambos se les ve tristes, mientras ella reclama que le falta atención. Luego él pone la mano sobre la suya y la gira para un lado, para el otro, de modo mecánico, para luego hacer ‘doble click’ como único cariño... La platea ríe. Con este breve video de motivación –también de constatación--, se inauguró hoy el seminario “Internet en la vida del presbítero”, organizado por el Instituto de Terapia Cognitiva Interpersonal de Roma y el Pontificio Colegio Internacional “Maria Mater Ecclesiae”.
Serán dos días en que se profundizará sobre las bondades y a la vez los riesgos del uso de Internet en la formación de los seminaristas, así como en el modo en que se deben afrontar los “nuevos” pecados de los usuarios, que han hecho de la “redun espacio desordenado para su vida afectiva, laboral y moral.
Según la doctora Michela Pensavalli, psicóloga y psicoterapeuta, además de docente universitaria y coordinadora del Instituto promotor del evento, es muy importante que la persona –en este caso el seminarista--, analice y se responda si es o no “dependiente” de Internet. Es decir, si es capaz de dominar las emociones y pulsiones que los sitios web y las redes sociales generan, sea cuando se está conectado, como cuando se tienen que pasar largas etapas del día off line.
Para la especialista, el dominio y el equilibrio es vital, porque en una sociedad “Tecnolíquida”, según reciente definición del psiquiatra italiano, Tonino Cantelmi, los dispositivos varios pueden mantener a las personas en una conectividad permanente, donde es difícil distinguir los límites o el tiempo transcurrido, en detrimento a veces de otros propósitos u obligaciones.
La teoría del “todo y rápido”
Otro de los riesgos con que se encuentra el navegante moderno, es la tendencia a abreviar las cosas y evitar los encuentros. Es decir, si por un mensaje de texto podemos explicar algo velozmente, ¿para qué extenderse o profundizar? O peor aún, si tenemos tantas plataformas de comunicación instantánea, ¿ya para qué encontrarnos?
También el usuario, en su necesidad de estar conectado, puede perder atención a lo que le dicen por ejemplo, en una clase o conferencia, por estar pendiente del modo velocísimo en que siguen interactuando sus contactos y listas de interés “allá afuera”.
El hecho de no poder desconectarse (switch off), ya es una señal a observar... Es que, ni hoy ni en el pasado, se ha podido estar en un sitio y a la vez en otro –afuera--, no porque Internet te lo impida, sino debido a que las normas básicas de la convivencia o de la vida comunitaria te lo exigen. Pero para algunos --eso si es de ayer y de hoy--, su necesidad personal está por encima de los demás, lo que es una mala señal…
¿Qué más ofrece Internet? Según la doctora Pensavalli, te ofrece emociones –hasta fuertes--, relaciones –no exentas de peligro--, y te facilita las cosas para salir del “aburrimiento”. Para otros, el tiempo pasa más rápido conectándose a la red, por lo tanto ayuda a evadirse; mientras para un grupo de usuarios es la puerta entre lo privado y lo público, cuya llave se abre o cierra a conveniencia y voluntad.
Sobre esto, fue clara en advertir que, como emisor y dueño de sus conexiones vía Internet, el usuario se predispone a evitar lo que no le gusta, y a elegir solo aquello que no le aburra; así como seleccionar lo que no lo ponga tenso ni le haga reflexionar mucho. Es decir, la ambivalencia hace presa de la persona, y así cuando se viven las relaciones humanas, y ante una situación real de convivencia, en que se exige más de uno mismo, se llega a creer que es hora de “cerrar la conexión” y basta…
Amistades peligrosas
Todo en Internet aparece tan fácil y accesible, que el usuario comienza a cliquear donde no debería acercarse ni de asomo, o a “aceptar” invitaciones de amigos que no tiene la menor idea de qué hay detrás.
En Internet todos somos iguales, por lo menos en aquellos lugares de acceso público y gratuito. Pero no todos somos lo mismo, fue otra idea de la doctora Michela Pensavalli, pues las redes sacan de la persona sus lados más narcisistas, exhibicionistas y sin duda, lo voyeurista.
¿Somos así en las relaciones cotidianas, por así decir físicas? De hecho que no, por lo que el uso compulsivo de la red (líquido, sin patrones ni límites), a veces nos exige cambiar de actitudes para interactuar, por lo que aparecen tendencias también patológicas…
Solo por mencionar los grados más bajos de cada tendencia –ya que los más altos son de correr--, se puede identificar al narcisismo en el solo hecho de incluir la “mejor foto” en el perfil de una red social, así sea antigua o que no se ajuste a la realidad actual (foto sin camisa clerical, sin la familia, en el extranjero).
En el caso del exhibicionismo, están allí los logros o los comentarios expresados sin medida, solo por el hecho de que podemos incluirlos en nuestras cuentas, independiente a si los demás quieren tanto bombardeo “made en mí mismo”.
Y una tercera tendencia comentada por la especialista –no menos grave, dependiendo de la persona--, viene a ser el voyeurismo, o esa antigua obsesión a mirar sin que nos vean; aunque hoy en día, gracias a Internet, se puede hacer de manera consentida, falsificada o pagada sin controles. Se alertó sobre el alto consumo del llamado “cybersexo”, que según datos estadounidenses, en el mundo se consumen 3.000 dolares de material pornográfico cada segundo.
Hay que considerar por ello, el riesgo que significa que una persona puede ser lo opuesto a sí mismo en la red, alejándose de sus principios, obligaciones y faltando a la confianza de los superiores. Pues muchas veces estos toleran el uso de Internet con la esperanza de que ayude a profundizar en el estudio, a combatir la lejanía recibiendo mensajes de los familiares y amigos de bien, o para hacer los “pininos” de una futura y urgente pastoral en red.
Una conclusión clara fue que el mundo actual del ciberespacio, sí es un mundo donde se puede vivir, pero cuidando la calidad del uso que se le da y no dejándose dominar por los impulsos que este genera. Y, tal como ayer, no confundir nunca el instrumento con el mensaje… 


Un corso rivolto a seminaristi sull'atteggiamento verso l'uso della rete

L'immagine proiettata è quella di una giovane coppia che si sta cercando, hanno entrambi sguardi tristi, lei sostiene che manca l'attenzione nel rapporto. Lui mette la mano sulla sua, quasi a far capire di aver compreso, ma invece inizia a muoverla come fosse un mouse, meccanicamente, facendo sulle sue dita il  'doppio click'  ... Il pubblico ride.
Con questo breve video viene inaugurato il seminario "Internet nella vita sacerdotale", organizzato dall'Istituto di Terapia Cognitivo interpersonale e dal Collegio Pontificio Internazionale "Maria Mater Ecclesiae".
Saranno due giorni che approfondiranno i benefici e anche i rischi di utilizzo di Internet nella formazione dei seminaristi.
Secondo la Dott.ssa Michela Pensavalli, psicologa e psicoterapeuta, nonché docente universitaria e coordinatrice dell'Istituto promotore dell'evento, è molto importante per la persona, in questo caso per il seminarista, analizzare i propri comportamenti per non divenire "dipendente" da Internet . Riuscire, cioè, a padroneggiare le emozioni e gli impulsi che i siti web e le reti sociali generano, sia quando si è collegati, sia quando bisogna spendere tempi lunghi della giornata off line.
Per lo specialista, il dominio e l'equilibrio è fondamentale, perché in una società "Tecnoliquida" secondo la recente definizione dello psichiatra italiano, Tonino Cantelmi, i nuovi dispositivi possono tenere le persone in condizioni di connettività permanente, in cui è difficile distinguere i confini o il tempo, a volte a scapito di altri obiettivi o obblighi.
Si vive in base alla teoria del "tutto, subito e velocemente".
Il rischio è la tendenza di ridurre ed evitare incontri. Viene utilizzata la messaggistica per spiegare qualcosa e in fretta, perché “sprecare” tempo ad ampliare o approfondire? O peggio, se abbiamo così tante piattaforme di comunicazione istantanea, perché incontrarci per parlare?
L'utente, nel suo bisogno di essere collegato, può perdere la concentrazione su ciò che viene detto o vissuto, ad esempio, in una classe o una conferenza, ma essere tuttavia consapevole di continuare ad interagire usando contatti veloci “al di fuori” della situazione.
Lo sforzo che si compie per effe “disconnettersi” è un segnale da non sottovalutare ...
In passato tutto era diverso: era possibile essere altrove, mentre oggi Internet è in ogni dove. Ma per alcuni il bisogno personale di collegarsi è sopra ogni cosa importante, e questo è un brutto segno ...
Secondo la Dott. Pensavalli Internet offre forti emozioni - le relazioni, sono senza rischi - e fornisce una valida alternativa alla "noia". Per alcuni è utile in quanto, il tempo passa più veloce durante la connessione alla rete, contribuendo in tal modo a fuggire dalla realtà, per altri è la porta tra il privato e il pubblico, la cui chiave si apre o si chiude a secondo di una propria convenienza o volontà.
Su questo, è importante notare come Internet,  in qualità di emittente di connessioni, è predisposto al fine di evitare ciò che non ci piace, e scegliere solo ciò che non ci annoia, selezionare quindi solo quello che ci fa stare bene e non quello che ci fa essere tesi o ci fa riflettere.
L'ambivalenza si impadronisce della persona, e così quando ci si ritrova a vivere i rapporti umani o una reale situazione di convivenza, in cui bisogna essere se stessi, si arriva a credere che sia giunto il momento di "chiudere la connessione” ...
Tutto su internet è facile e accessibile, l'utente inizia cliccando su immagini o suggerimenti, o "accettando" gli inviti da parte di amici che non si conoscono e di cui non si ha la minima idea di chi è dietro allo schermo del pc.
Su Internet tutti sono uguali, almeno in luoghi di accesso pubblico gratuito. Ma nella realtà non siamo tutti uguali.
Secondo la dr.ssa Michela Pensavalli le reti amplificano i lati più narcisistici, esibizionisti e senza dubbio voyeuristici della persona.
Ma siamo così nelle relazioni di tutti i giorni? In realtà no, l'uso compulsivo della rete a volte richiede di cambiare atteggiamenti, prima di arrivare ad avere tendenze patologiche ...
E’ possibile identificare il narcisismo e l’esibizionismo nei profili dei vari social network, in cui a volte la persona si veste di un’identità che non è conforme alla realtà.
Un’altra tendenza discussa dallo specialista, non meno grave, è il voyeurismo, ossia l’ossessione di guardare senza essere visti. Oggi, grazie a Internet, è possibile “guardare” e “farsi guardare” in modo consensuale e senza controlli.
Basti pensare al consumo elevato del cosiddetto "cybersex", che, negli degli Stati Uniti, comporta una spesa di 3.000 dollari in video pornografici.

Una chiara conclusione sta nel fatto che il mondo attuale del cyberspazio, è un mondo in cui si può vivere e navigare, ma senza esagerazioni e senza cedere sconfinatamente negli impulsi…

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